¿qué tal si un día de estos, por pensar en algo, se me pasara por la cabeza la idea de dejar de creer en el dinero? ¿qué tal si un día de estos se me diera por creer que el papel moneda no es más que eso: papel, mugroso y repulsivo pedazo de papel lleno de gérmenes? ¿qué pasaría? tengo una teoría: en ese mismo instante un joven, brillante y exitoso ejecutivo bancario desaparecería para siempre —por combustión espontánea—, tristemente quizá dejando a su suerte un cónyuge bien parecido y saludables hijos

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