para engañarlos a ellos, no quiero nada, no quiero lo que ellos tienen, porque ellos tampoco tienen nada, solo que no lo saben, ellos ni siquiera existen, ellos son las imágenes que moldean las mentes de la masa, ellos se esconden tras de esas imágenes y esas imágenes también los moldean a ellos, cayendo así en su propia trampa y maldición

soy fruto de las imágenes de ellos, las imágenes que ellos proyectan, intento una paulatina (talvez exigua) interrupción de ese flujo

hallé una nada inmensa, ahí donde terminan las ilusiones, a modo de desierto blanco y agobiante, en donde las personas errantes parecen estar incapacitadas para encontrarse unas con otras, aunque a veces sientan la presencia del otro, no la pueden ver, no la pueden tocar

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