«...la existencia es una imperfección.»
«...yo estaba de más para toda la eternidad.»
«“¿Pero por qué, pensaba yo, por qué tantas existencias, si todas se parecen?” ¿A santo de qué tantos árboles todos parecidos, tantas existencias frustradas y obstinadamente recomenzadas y de nuevo frustradas, como los torpes esfuerzos de un insecto caído de espaldas? (Yo era uno de esos esfuerzos.)»
«...sólo las melodías musicales llevan en sí su propia muerte como una necesidad interna; pero las melodías no existen. Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad.»
«—Tengo una especie de certeza... física. Siento que no hay momentos perfectos. Lo siento hasta en las piernas cuando camino. Lo siento todo el tiempo, hasta cuando duermo. ...»
«...Yo creía que el odio, el amor o la muerte bajaban sobre nosotros como las lenguas de fuego del Viernes Santo. Creía que era posible resplandecer de odio o de muerte. ¡Qué error! Sí, realmente, pensaba que existía “el Odio”, que venía a posarse en la gente y a elevarla sobre sí misma. Naturalmente, sólo existo yo, yo que odio, yo que amo, Y entonces soy siempre la misma cosa, una pasta que se estira, se estira... y es siempre tan igual que uno se pregunta cómo se le ha ocurrido a la gente inventar nombres, hacer distinciones.»
«Soy libre: no me queda ninguna razón para vivir, todas las que probé aflojaron y ya no puedo imaginar otras. Todavía soy bastante joven, todavía tengo fuerzas bastantes para volver a empezar. ¿Pero qué es lo que hay que empezar? ...
...Sólo y libre. Pero esta libertad se parece un poco a la muerte.»
«Toda mi vida está detrás de mí. La veo entera, veo su forma, veo los lentos movimientos que me han traído hasta aquí. Hay pocas cosas que decir de ella: una partida perdida, eso es todo. ...
...Al mismo tiempo, supe que siempre se pierde. Sólo los cochinos creen ganar.»
«...las ciudades sólo disponen de una sola jornada que se repite, muy parecida, todas las mañanas. Apenas la adornan un poco los domingos. Imbéciles. Me repugna pensar que volveré a ver sus caras gruesas y tranquilas. Legislan, escriben novelas populistas, se casan, cometen la extrema estupidez de tener hijos. Entre tanto, la gran naturaleza vaga se ha deslizado en la ciudad, se ha infiltrado en todas partes, en sus casas, en sus oficinas, en ellos mismos. No se mueve, permanece tranquila, y los hombres están bien metidos dentro, la respiran y no la ven, se imaginan que está afuera, a veinte leguas de la ciudad. Yo veo esa naturaleza, yo la veo... Sé que su sumisión es pereza, sé que no tiene leyes: lo que ellos toman por constancia... Sólo tiene hábitos y puede cambiarlos mañana.»
«...Sé muy bien que no quiero hacer nada; hacer algo es crear existencia, y ya hay bastante existencia.»
«...¿Pero es mía la culpa si la cerveza está tibia en el fondo del vaso, si hay manchas pardas en el espejo, si estoy de más, si el más sincero de mis padecimientos, el más seco, se arrastra y se pone pesado, con demasiada carne y la piel demasiado grande a la vez, como el elefante de mar, con grandes ojos húmedos y conmovedores, pero tan feos?»
La Náusea(1938) - Jean-Paul Sartre
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