Cascar una nuez no es realmente un arte, y en consecuencia nadie se atrevería a congregar a un auditorio para cascar nueces. Pero si lo hace y logra su propósito, entonces ya no se trata simplemente de cascar nueces. O tal vez se trate simplemente de cascar nueces, pero se descubre que nos hemos despreocupado totalmente de dicho arte porque lo dominábamos demasiado, y este nuevo cascador de nueces nos muestra por primera vez la real esencia del arte, al punto que podría convenirle, para dar un mayor efecto, ser un poco menos hábil en cascar nueces que la mayoría de nosotros.
Josefina la cantora o el pueblo de los ratones(1924) - Franz Kafka

No hay comentarios:

Archivo del blog